Los Niños de Nicaragua

Sonrisas y Sufrimiento

 

por Christoph Grandt, Managua

(publicado en el periódico Central América Weekly)

 

Un viaje por Nicaragua es un viaje seguido por miles de sonrisas de niños y niñas. Sin embargo, una gran parte de ellos vive en condiciones de vida inaceptables. Muchos niños tienen que trabajar duro para sobrevivir. Además, son maltratados en sus propias familias, ya que este país centroamericano es muy machista, es costumbre pegar a sus hijos como es costumbre pegar a mujeres. En las capas más pobres esto se da con mucha frecuencia y con más violencia. Para la UNICEF, el mayor avance en Nicaragua fue la entrada en vigencia del Código de la Niñez y de la Adolescencia en Noviembre 1998, determinando la dignidad, la protección y los derechos de los niños y adolescentes. Siendo esto un paso importante en adelante, queda mucho por hacer, como lo demuestran estas imágenes.

 

 

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Nicaragua es un país de jóvenes. 53% de sus habitantes es menor de 18 años y el promedio es de 16.1 años (UNICEF 1996). Más de la mitad de las familias tiene entre 5 y 7 miembros, y casi un tercio cuenta con un número de 8 a 11.

 

 

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Muchos damnificados del Huracán Mitch siempre viven en el polvo ardiente de "Tierra Prometida", a unos 30 Kilómetros de Managua en condiciones miserables. Pero no es por tanto una excepción: Sólo el 62% de los niños nicaragüenses tienen acceso al agua potable y sólo el 35% a servicios sanitarios digno de ese nombre (UNICEF 1997).

 

 

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»Primero estudiar, luego trabajar« dice un Slogan del gobierno divulgado por la televisión. Sin embargo, la tasa neta de ingreso a la escuela primaria es de sólo 73% (UNESCO 1998), una consecuencia del trabajo infantil que impide a las niñas y niños completar su educación primaria.

 

 

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Diez Córdobas de ganancia por cada cassette vendido no es poco, pero convencer a los clientes es un trabajo que le cuesta. Ahora ya no vende cassettes sino juguetes y chimbombas, así como cientos de otros niños y niñas que trabajan en el Malecón, a orillas del Lago de Managua.

 

 

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»Los niños tienen derecho a la dignidad como personas humanas« nos dice el Código de la Niñez. Sin embargo, él seguirá lavando carros con su trapo sucio y comiendo las sobras de la gente que puede gastar 30 Córdobas por un pollo asado.

 

 

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¿Una adolescente jugando con su hermanito? No lo es. Es una joven madre con su hijo de cuatro años. Una imagen conmovedora y fenómeno común de la sociedad nicaragüense, pues el 21% de todos los niños nacidos son hijos de madres adolescentes (Proyecto Dos Generaciones 1996), debido en parte a una educación sexual casi inexistente.

 

 

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Los que tienen la ventaja de ser educados en un colegio privado son los afortunados. Son ellos los que determinarán el futuro de Nicaragua. Por otro lado, en total sólo el 31% de los jóvenes nicaragüenses terminan el quinto grado (UNICEF 1998), y el analfabetismo en adultos es de 24% (UNICEF 1995).

 

 

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Niñas como ella ya tienen que asumir una responsabilidad existencial. La mama muerta, la niña decide sacrificar su chancho de ahorro y destinar sus pocos riales para una venta de agua.

 

 

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El vaso de pega les cuesta 5 Córdobas. Como ellos, aproximadamente 15.000 niños entre 7 y 14 años viven en las calles de Managua. Diez veces mayor aún es el número de niños que, a pesar de tener hogar, viven dependiendo de estrategias de sobrevivencia (UNICEF 1991).

 

 

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A partir del día de sus 16 años, ella es ciudadana nicaragüense gozando de amplios derechos políticos. Sin embargo, en su casa ni siquiera hay una mesa para poner su queque de cumpleaños. ¿Y dónde hacer las tareas para el colegio en este ambiente? Ya hace muchos años que ella no va, desde entonces su único capital sigue siendo su belleza - una ventaja efímera.

 


Christoph Grandt, Mayo 1999


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